martes, 9 de septiembre de 2014
La reforma educacional y los adultos mayores.
martes, 26 de noviembre de 2013
“Saber envejecer es una obra maestra de la sabiduría, y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir”.
Filósofo y Moralista Suizo
lunes, 2 de septiembre de 2013
¿Que sugerencia o solicitud haría a quien sea elegido(a) Presidente de Chile?
jueves, 13 de septiembre de 2012
ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN, ADULTOS MAYORES PRIORIDAD SOCIAL
Señor Director:
Entre los datos que han entregado recientemente sobre el censo poblacional de este año sobre Adultos Mayores, merece destacarse la gran cantidad de Adultos Mayores: dos millones seiscientos treinta y ocho mil (2.638.000). En los últimos veinte años las personas mayores se han duplicado: claramente Chile está en un proceso acelerado de envejecimiento. Estas cifras nos ponen entre los tres países más envejecidos de Latinoamérica y del Caribe (los otros dos son Uruguay y Argentina). Esto es un claro indicador que se ha mejorado la calidad de vida y, especialmente el sistema de salud que son las causas obvias por las cuales, en Chile, las personas viven más. No obstante, es urgente que el país profundice y extienda las políticas sociales en favor de las personas mayores. La existencia de 311.000 adultos mayores que viven solos es una voz de alerta. Viviendo solos corren muchos riesgos, por tanto, los municipios deberán crear centros de esparcimiento y cultura, a los cuales se integren estos adultos mayores. El Senama tiene un interesante programa "Vínculos" a través del cual se pretende que los adultos mayores que viven solos sean integrados a redes sociales y a los beneficios que ofrecen los mismos municipios. Programas similares deberían ser impulsados por las instituciones y la comunidad organizada. También aparece importantísimo la capacitación de los integrantes de la familia sobre las características físicas y psico-sociales que conlleva el proceso de envejecimiento para así comprendan mejor a sus personas mayores y puedan convivir con una comprensión recíproca.
Manuel Pereira López
lunes, 4 de junio de 2012
FAMILIA Y ADULTO MAYOR
Lo importante, a nuestro juicio, es entender y aceptar que se trata de un proceso, lo cual implica la idea de evolución, de cambios paulatinos; se trara de un proceso de entropía o desgaste natral y normal de todo ser humano. No obstante lo dicho, mucha gente no asume, que todos nos encaminamos, todos avanzamos por este proceso, y esta situación de no asumir el propio proceso de envejecimiento se transforma, al interior de la familia, en un problema, en una situación que crea roces y malos entendidos entre los miembros de la familia, que genera, en definitiva, problemas de convivencia.
Esta situación puede verse agravada cuando los otros miembros de la familia: los hijos de los adultos mayores, sus nietos, etc., tampoco asumen –por desconocimiento- que el adulto mayor esta en un proceso de evolución en que se hace cada vez más notorio su desgaste. Toda esta situación afecta a todos y a cada uno de los miembros de la familia y si tuviéramos que determinar por qué llegan a crearse conflictos de convivencia, la causa se podría sintetizar en una palabra: IGNORANCIA O DESCONOCIMIENTO del proceso de envejecimiento por parte de todas las personas que conforman la familia, incluso por parte de todas las personas que conforman la familia, incluso por parte de la propia persona que envejece.
Hay, por tanto, toda una tarea: prepararse para entender el envejecimiento de los demás y prepararse para el envejecimiento de uno mismo.
Tal vez una tarea que deben asumir los integrantes de una familia que cobija a un adulto mayor, es aprender o tomar conciencia que esta persona, adulto mayor, tiene un conjunto de necesidades que requiere satisfacer exactamente en la misma forma que las demás personas. Es decir, el adulto mayor requiere reconocimiento, necesita sentir que es útil, desea saber que lo aman, que es parte de una familia o grupo humano, etc. Es muy triste ver cómo adultos mayores que viven en una familia sufren un proceso de “ensimismamiento” (encerrase en sí mismo) porque no le hablan, no lo toman en cuenta, no tiene tareas o roles que cumplir, etc. En esta situación es la familia la que le está fallando al adulto mayor.
Es imprescindible avanzar en la idea de generar roles y funciones que pueda cumplir el adulto mayor al interior de la familia y que sean, obviamente, compatibles con su proceso de envejecimiento.
Parece que a todos nos cuesta entender que envejecer no es sentarse a esperar la muerte; que ser una persona vieja no es ser inútil. Es aquí donde se requiere una gran tarea de sensibilización de la sociedad toda; para muchos la idea de un envejecimiento activo y productivo les resulta extraña. Les parece como algo lógico. La verdad es que la situación debiera ser al revés; es decir, lo que debiera aparecernos como extraño es que haya adultos mayores –con salud normal- que estén inactivos. Por supuesto que la sociedad tiene mucha culpa en estas “imágenes sociales” creadas, por ejemplo, a través del idioma. ¿Por qué a los jubilados los economistas les llaman “sector pasivo”? De estas expresiones nacen imágenes falsas que generan prejuicios y percepciones erróneas sobre el adulto mayor.
Es importante puntualizar, que este tema de la preparación, de la educación sobre la adultez mayor es una necesidad urgente (recordemos los datos estadísticos que indican un crecimiento acelerado del grupo etario de adultos mayores) de sensibilizar y educar a toda la sociedad para que sepa tratar y convivir con sus adultos mayores; la comunidad entera debe producir los espacios necesarios para el adulto mayor, pero estos espacios empiezan en la propia familia y no sólo son escenarios físicos, son también instancias psicosociales; espacios de convivencias intergeneracionales. En la familia, el hijo y el nieto aprenden y viven el respeto al adulto mayor; en la familia, las nuevas generaciones comprenden la riqueza en múltiples formas que encierra un abuelo o una abuela. Cuando hijos y nietos convivan y comprendan el proceso de envejecimientos de sus padres y abuelos, sólo entonces empezará a desarrollarse una sociedad con características más humanas hacia los adultos mayores.
Otro aspecto sobre el cual queremos compartir, es el tema de la diversidad del adulto mayor. Tal vez sea necesario reconocer que por un afán de sintetizar, o de hacer más didácticas ciertas ideas, hemos inducido y creado una expresión que induce al error. Decir que el “adulto mayor” se caracteriza por esto o aquello constituye una generalización errónea. Hay muchos tipos o grupos de adultos mayores. Por ejemplo, las variables culturales obviamente influye en la adultez mayor. Los adultos mayores que viven en el campo, o en el mundo rural, no son iguales a los adultos mayores que viven en las ciudades, son dos mundos culturales muy diversos.
Todo esto es indicador de que los adultos mayores pueden tener, y de hecho tienen, necesidades distintas, según sea el grupo social o cultural al cual pertenecen y, si esta afirmación es válida, se tiene que inferir que las políticas sociales que en el futuro se formulen e implementen deberán considerar la diversidad sociocultural de este grupo etario.
martes, 30 de agosto de 2011
¿Toda vida pasada fue mejor?
Antes, la vida era más fácil y más plácida, las mujeres no trabajaban fuera de la casa y sus vidas se sucedían sin grandes sobresaltos y sin tanto alboroto. Escuchaban la radio, cosían, tejían y supervigilaban el cuidado de sus hijos. Tenían casas espaciosas, donde, muchas veces albergaban algún pariente soltero o viudo/a.
Los hombres iban a trabajar en empleos que, en la mayoría de los casos, eran para toda la vida. Para hacerlo, tomaban un tranvía o sólo caminaban, pues las distancias no eran tan largas.
Hoy todo eso cambió, para bien o para mal, depende del cristal con que se mire. Las mujeres irrumpieron en el mundo del trabajo, nadie las reemplaza en su rol de madres, a veces, con suerte, se dispone de ayuda para las tareas hogareñas. Los colegios las conminan a participar de los eventos escolares y en las tareas de sus hijos. Deben siempre andar impecables y hacer su trabajo en forma ejemplar, para no ser reemplazadas por un hombre. Las casas son cada día más estrechas y los hijos más demandantes.
Los hombres a su vez, ya no tienen el trabajo asegurado de por vida, hay que estar siempre alerta, pues ya no basta con tener un título, ahora se requiere post-título, doctorado, etc. Se tienen que estar capacitando permanentemente para no quedar atrás, además ahora son más colaboradores en el hogar, pues la mujer también debe cumplir con su horario de trabajo.
La pregunta es: ¿Toda vida pasada fue mejor?
Yo creo que la respuesta la tiene cada uno de nosotros, algunos dirán que antes era más fome, que había menos oportunidades, que hoy se viaja más y con más facilidades, que hay más máquinas que ayudan en las tareas diarias, que la televisión y el internet nos mantienen comunicados con el mundo, otros dirán que en esos años había más tiempo para establecer amistades verdaderas, más tiempo para pensar, leer, más vida de hogar, etc.
Lo importante es pensar que cuando llegamos a ser mayores, podemos hacer este tipo de evaluaciones, porque nosotros sí hemos vivido las dos situaciones y podemos comparar y confrontarlo con nuestras propias experiencias, o sea, tenemos opinión informada de primera.
Esa tranquilidad que tenemos debemos apreciarla y pensar que ahora deberíamos hacer lo que queramos con nuestras vidas, porque ya hicimos con lo que la sociedad nos pidió, formamos familias, trabajamos en lo que nos correspondía. Si lo hicimos bien o mal, lo hicimos con buenas intenciones, nadie nos puede culpar. Fue nuestra experiencia y sobre ella descansaremos y gozaremos la vida que nos queda, con alegría del deber cumplido.
MARTA LARRAECHEA B.
martes, 20 de octubre de 2009
LA RESPONSABILIDAD CÍVICA Y LOS ADULTOS MAYORES
En Diciembre próximo los ciudadanos chilenos eligen Presidente de la República y renuevan, también, la Cámara de Diputados y, parcialmente, el Senado.
En estos actos electorales se fundamenta la democracia y los Adultos Mayores de Chile lo saben muy bien porque ellos viven y perciben que elegir las autoridades en un sistema democrático, no solamente es un derecho, también es un deber.
El espíritu cívico que han mostrado los Adultos Mayores en los procesos electorales es digno de ser reconocido por la comunidad. Su concurrencia a las mesas receptoras de sufragios, es admirable. Muchas veces haciendo todo tipo de sacrificios, ellos concurren a sufragar porque saben que es su deber y que también es una forma de demostrar su adhesión al sistema democrático. Por esto es tan importante destacar este compromiso que los adultos mayores muestran a la ciudadanía y, muy especialmente, a la juventud que, lamentablemente, frente a este deber cívico de sufragar muestran indiferencia y, muchas veces, desprecio.
Los adultos mayores llegan a los lugares de votación muchas veces en sillas de ruedas, en otras ocasiones deben caminar largas cuadras aunque tengan dificultades para su desplazamiento. Personalmente me ha tocado ver en una ocasión, en el recinto del Estadio Nacional, la llegada de un adulto mayor en silla de ruedas y al lado otro carrito con el tubo de oxígeno conectado a sus fosas nasales. Son ejemplos casi heroicos que bien vale la pena reconocerlos y aplaudir tan firme y fuerte adhesión cívica.
En diciembre próximo estamos seguros que, nuevamente, ellos darán un ejemplo al país de su compromiso cívico y ciudadano.
2.- Voto informado
Sin duda, que ellos votarán buscando información de lo que representa cada candidato presidencial, porque ellos saben que su voto debe ser informado. Votar representa una responsabilidad de saber escoger al mejor candidato.
Seguramente los adultos mayores darán su voto al candidato que ellos perciban como una persona que les da confianza y seguridad por su experiencia en la actividad publica… darán su voto a quien ellos perciban como creíble, veraz porque la persona tiene una historia de hablar con la verdad…. Darán su preferencia al candidato que su trayectoria muestre su probidad y honradez, sin hacer uso jamás de información privilegiada en su provecho personal. Otros adultos mayores darán su preferencia a aquel candidato que por su experiencia y trayectoria dé seguridad que los derechos de las personas mayores serán cada vez más respetados, porque así corresponde en democracia.
Estos atributos en la autoridad son altamente valorados por las personas mayores.
Por su responsabilidad cívica los adultos mayores no quieren regalos ni “ofertones” electorales, sólo piden protección social, acceso a la salud, a la cultura, al bienestar social, porque simplemente tienen derecho a todo esto.
3.- Dar las facilidades para votar
Desde otra perspectiva es importante hacer un llamado a las autoridades del Servicio Electoral para que en estas próximas elecciones se den las facilidades de acceso para que los adultos mayores puedan concurrir a las mesas receptoras de sufragios. Es importante, por ejemplo, que los locales de votación que tengan segundo o más pisos (colegios, por ejemplo) las primeras mesas (las más antiguas) que concentran la inscripción de los adultos mayores queden en el primer piso, de tal manera así se facilitará el acceso a ellas.
Igualmente necesario dar las instrucciones pertinentes para que el personal de apoyo de los lugares de votación tengan especial preocupación y atención para los adultos mayores.
Finalmente esperamos para diciembre que el acto electoral -como es tradición- sea un ejemplo de ciudadanos activos y comprometidos, especialmente de parte de sus adultos mayores.
MANUEL PEREIRA LÓPEZ